Hace 6 meses, en algún lugar en la selva entre Venezuela y Colombia era asesinado Manuel Marulanda, alias tirofijo, fundador y comandante en jefe de las FARC. Ayer en la ciudad de Caracas se rendia homenaje a este tirofijo en un acto organizado por la Coordinadora Continental Bolivariana, fundación auspiciada por la alcaldia de Caracas. En este empacho de idolatrias que se pegaron en un deprimido barrio caraqueño se hizo muestra de todo tipo de simbolos revolucionarios. No bastó la bandera de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba, todos ellos amigos y compañeros en esto del "Patria, Socialismo o Muerte", si no que junto a estas y el ya famoso logo comercial con la cara del Che se encontraba nuestra ikurriña vasca, así como carteles de apoyo a ETA. En esta constante necesidad de encontrar al enemigo de la patria, al causante de los males del mundo, hace cuatro años, en ese mismo lugar, era retirado un busto de Colón, uno de esos tantos que se pusieron en 1992, en aquel año donde quisimos limpiar la conciencia de la conquista de America, en el quinto centenario de su descubrimiento. Aquel busto se arrastró por toda la plaza hasta quedar convertido en un amasijo de metal. Aquel lugar fue "devuelto al pueblo, al que le pertenece y el cual los españoles quisieron usurpar", y hoy ese "pueblo se lo da a uno de sus revolucionarios" decia ese maestro de la palabreria que es Hugo Chavez. Después de quemar banderas de Estados Unidos, de retirar bustos de Colón y tras la muestra de apoyo a ETA y a las FARC todo me queda mas claro,... mas de lo mismo.
El mundo al revés...
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